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14 ―¿Por qué te atreviste a matar al ungido de Dios? —le preguntó David.

15 Entonces llamó a uno de sus soldados y le ordenó:

―¡Mátalo!

Y el soldado mató al amalecita, atravesándolo con su espada.

16 ―Tú mismo te declaraste culpable al confesar que diste muerte al ungido del Señor.

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